Mi Lucha con la Endometriosis: No Estás Sola

Mi Lucha con la Endometriosis: No Estás Sola

Quiero compartir mi historia con todas ustedes, mujeres que están pasando por lo mismo, que acaban de ser diagnosticadas, o que conocen a alguien cercano que vive con endometriosis. Este relato es una invitación a acercarnos más, a apoyarnos en estos temas que solo nosotras entendemos y que pueden cambiar nuestras vidas por completo. Al leer mi experiencia, espero que puedan despejar algunas dudas y, sobre todo, recordar que no estás sola.

Mi Lucha con la Endometriosis: No Estás Sola

Por tres años, sufrí de endometriosis parietal, una forma de endometriosis que se desarrolla después de una operación quirúrgica. A continuación, les cuento mi experiencia, desde la aparición de los primeros síntomas hasta la resolución feliz de mi calvario.

Todo comenzó después de mi embarazo. Antes de eso, mis reglas eran dolorosas pero “normales”. Sin embargo, tras la cesárea, cuando tuve mi retorno de la menstruación, mis reglas se volvieron cada vez más problemáticas, hasta volverse intolerables al cabo de un año. Comencé a experimentar dolores en la nuca, las piernas y los brazos, además de los clásicos dolores en el útero. Estaba extremadamente fatigada y solo soportaba estar en posición acostada.

Mi médico tratante me dijo que mis síntomas se asemejaban a los de la endometriosis y me sugirió hacer exámenes adicionales para confirmarlo, aunque advirtió que no cambiarían mucho, ya que no existía un tratamiento eficaz. Me explicó que la endometriosis parietal frecuentemente se desencadena después de una cesárea, ya que las células del endometrio pueden salir del útero y multiplicarse en otras partes del cuerpo.

Esta condición me obligó a cambiar mi modo de vida. Evitaba tomar citas profesionales durante toda la duración de mis reglas y también en los tres días anteriores, debido a un síndrome premenstrual muy difícil de manejar. Probé tratamientos antiinflamatorios, pero solo me aliviaban ligeramente y me causaban problemas estomacales, por lo que busqué soluciones en la medicina alternativa.

En mi segundo año de enfermedad, probé dos tinturas madres: Curcuma longa y Viburnum opulus, que me brindaron un verdadero alivio, permitiéndome retomar una actividad casi normal durante mis reglas. Sin embargo, aunque tenía menos dolor, este persistía. Entonces, leí mucho sobre el proceso de autophagia que ocurre durante el ayuno y decidí intentarlo.

Realicé dos ayunos de 30 días. Durante los primeros 15 días, solo bebía agua, y en los últimos 15, consumía no más de 200 calorías diarias en forma líquida. Los efectos fueron sorprendentes. Después del primer ayuno, noté una mejora significativa, pero aún insuficiente. Observé que mis menstruaciones siguientes eran muy diferentes: el color y la consistencia de mi sangre cambiaron, lo que me indicó que algo estaba pasando en mi cuerpo. Realicé un segundo ayuno poco después y los resultados fueron aún más notables. Mis reglas volvieron a la normalidad y el síndrome premenstrual casi desapareció. Incluso me sorprendí cuando llegaban mis reglas.

Hoy, cruzo los dedos para que el dolor no regrese. Después de tres años muy difíciles, finalmente estoy reviviendo. Pero me tranquiliza haber encontrado una solución que funciona. La repetiré si es necesario.

Gracias por leer mi historia. Si bien esta solución funcionó para mí, les recuerdo que esta experiencia es personal y no puede sustituir la consulta con un ginecólogo.

Para esos días difíciles, las panties menstruales de Luna Roja ofrecen una comodidad y protección incomparables. ¡Haz clic aquí y descubre cómo nuestras panties menstruales de algodón pueden transformar tu experiencia menstrual! .

Artemisa: El Boy short menstrual 50ml de absorción

Compra ahora en Luna Roja

Estos artículos también te pueden interesar: